13/05/2021
Por
José Antonio Torres Virueña
Turismo
El río San Pedro Mártir, Un afluente lleno de historias, leyendas y anécdotas históricas que se entretejen a lo largo de su sinuoso recorrido, donde en antaño los mayas transitaron desde Guatemala hasta alcanzar las costas del Golfo de México para recorrer el Caribe, destacamos que a su paso importantes ciudades prehispánicas son el legado para esta generación y las futuras, por lo que conocerlo no solo invita a descubrir y admirar, sino aprender de cómo esta grandiosa civilización se desarrolló en armonía con la naturaleza y trazo su proyección cultural más allá de las fronteras.
A mediados del siglo XVIII, cuando nos situamos en el emblemático Poblado San Pedro, la historia señala que el nombre del Capitán Felipe Castellanos Díaz fue impuesto por decisión política para usurpar la denominación furtiva de San Pedro, una población que también se conocía como El Tiradero, nombre acopado por los madereros tabasqueños durante el auge del corte de cedro y caoba, en el período de 1849 a 1929 y, luego, de la explotación del chicle. Sin embargo, es posible que entre los escombros de las ruinas mayas se encuentre algún monumento que prescriba su nombre original, dado desde la antigüedad.
En la década de 1950, cuando la construcción del paso ferroviario del tren que comunicaba al Centro de México con la Península de Yucatán, el río San Pedro Mártir, en territorio tabasqueño, se consolidó en una opción fluvial para alcanzar el nudo de comunicación terrestre y fluvial para el movimiento de productos comerciales, como antes lo fue con la madera, los productos agrícolas y pesqueros. De modo que el repoblamiento fue parte del proceso de migración de trabajadores que construyeron las vías del ferrocarril que comunica a Coatzacoalcos con Mérida, procedentes de Veracruz, Chiapas, Guanajuato, Michoacán, entre otros estados del centro y norte del país.
La vida económica y política de las poblaciones pujantes de migraciones y colonización forjaron un modo particular de ocupación en la región nororiental del estado de Tabasco, que comparte con el vecino estado de Campeche y la República de Guatemala. La construcción de la vía ferrocarrilera fue parte de una estrategia geopolítica y comercial para fortalecer la construcción del México posrevolucionario. Se previó el auge de la explotación petrolera y la repartición territorial de las reservas nacionales, por lo que era urgente establecer poblaciones de colonos demandantes de nuevas tierras.
Lázaro Cárdenas, como presidente de México, impulsó grandes cambios en la economía de las poblaciones marginadas, dando énfasis en la ocupación territorial que garantizara la distribución de la población marginal. Es así como se trazaron rutas terrestres de comunicación interregional para crear nodos de articulación comercial. El impulso de la ganadería en la década de 1960 a 1985 (pasando por el fracaso del Plan Agrario Balancán-Tenosique) fue otra estrategia de producción que tuvo implicaciones muy fuertes en la región al devastarse miles de hectáreas que empobrecieron los suelos y el paisaje.
Por tanto, el impacto de la modernidad en la vida cotidiana de San Pedro y sus vecindades ha sido de sobresaltos que se reflejan en las condiciones económicas y en el manejo del paisaje y de sus recursos. La reducción de los espacios de vida y trabajo familiares y el de ecosistemas alterados por la práctica indiscriminada de la pesca furtiva ribereña, principalmente, requieren de cambios en el uso y manejo de las fuentes naturales. Sobre todo, del paisaje que es el marco de referencia económico, cultural y educativo que distingue las condiciones y la calidad de vida de cualquier población.
Arqueólogo. Jacobo Mugarte Moo. / Periodista Marco A. Castillo Castillo